Translate

jueves, 18 de diciembre de 2014

Epicentro nocturno.

Siento polillas en mis entrañas cada vez que me invitas a desayunar, luciendo tu sonrisa de lobo feroz y acariciándote las clavículas de extremo a fin.
Y se me resquebraja el pecho cada vez que te me aproximas a menos de cinco centímetros, dejando que corran arroyos de sangre envenenada de amor.
¿Cómo no salivar tu presencia, pequeña? Serías capaz de ahogarnos con tus anillas o ahorcarnos con tus medias y tirantes.
Clara como el agua cristalina donde te interesa serlo, finges devoción por aquellos que sufren tu distancia y les brindas el frío que portas, que consigue calar hasta los huesos blindados.
Estás atrapada entre mi piel y mi alma, sí; o eso me haces creer.
Tu tacto de porcelana fina embelesa mis sistemas de reacción, los cuales obvian la mecánica que te retuerce y deshumaniza, productora de tus bufidos, arqueamientos y ronroneos.
¿Me salvarías de oxidarme en ese mar indómito de aleaciones? El titanio que te atraviesa es capaz de dejarme fuera de sí, de mí.
Acoges la primavera que avanza a ciegas, quien se golpea contra los muros de aire opresores de la libertad de acción. Y de tu hospitalidad se manifiesta la piel erizada que recorre columnas.
Me tienes a tus pies, besando el suelo que pisas, arañando el pavimento hasta que se desgaste mi piel, mordiendo tu aura en un intento de arrancarte la ropa.
Abro los ojos tan rápido como haces con tus labios, y desatamos un vendaval conjunto que vuela la tristeza y los problemas, abriendo paso a los paracaídas de sonrisas.
Soñaría toda la vida con poder dormir contigo, o en ti; con pasear sobre tus caderas contemplando el horizonte que se extiende a lo largo y ancho de tu espalda; con hacer música bajo tus costillas pronunciadas, o recitar poesía desde el monte a los cárpiatos; con inducir tu llanto a mi escurridiza pendiente cada vez que sientes que te falta el aire; y con domar tus crines enredadas por la gravedad, entre el fuego y la electricidad que posees.
¿Hasta cuántos centímetros me perforaste los fémures en la totalidad de su extensión? Tus cartas tienen el filo más letal que he sentido, las caras más delineadas que he visto y el movimiento más confuso de esta ciudad.
Pobre de aquel que espere saber, al menos una vez, cuándo, cuánto, dónde y por qué tejes tus pensamientos. ¿Juegas siempre con la suerte a tu favor?¿O más bien eres tú el joker de la baraja?

No hay comentarios:

Publicar un comentario