Translate

sábado, 1 de febrero de 2014

Rendición.

Abriste el corazón. Cerraste la mente. Vi cómo le entregabas todo tu ser a ese tipo en cada palabra, en cada suspiro, en cada caricia, en cada mirada. Sentí los latidos de tu corazón desbocado; canté junto a ti delicadas melodías que decían todo; escuché cómo les hablabas a todos de él; memoricé cada conversación que mantuvisteis; aguante la respiración contigo cuando le viste por vez primera; me mantuve firme a tu lado mientras que orgullosa no le hablabas hasta que no te hablase a ti; acaricié cada centímetro de su piel a través de tus manos; olí el perfume que impregnaba su cuello y que te volvía loca; observé cómo prestabas atención a cada uno de sus gestos; me mordí los labios de pura rabia en cada uno de tus 'te quiero' dirigidos a su persona; apreté los puños en cada uno de tus ataques de celos; percibí un dolor infinito en tu mirada; negué las lágrimas que por tu rostro derramaron tus ojos más de una vez; impregné tus palabras de sentimiento donde tú sólo habrías puesto indiferencia; me estremecí cada vez que te vi desnudarte ante sus ojos, liberando tu alma, tu esencia; golpeé con rabia la pared cuando sentiste frío y soledad en sus últimas palabras; ahogué los gritos de desesperación en su último adiós; arañé tu garganta intentando que dijeses algo; me abatí a tu lado cuando diste todo por perdido; sentí inmensa tristeza cuando decías que hubieras luchado si hubiese algo que defender; desangré mi corazón en lugar del tuyo sin parpadear; me contuve a decir las cosas sin pensar por ti; no liberé tu mirada de los demonios que se apoderaron de ella; enmudecí ante tus pensamientos; no hice nada por evitar el enfoque que le quisiste dar a la situación; escondí la cara de vergüenza mientras las hojas caían al suelo y el árbol se mostraba erguido e imponente; taponé los oídos ante el chirriar del hierro viejo desgastado; me mordí la lengua mientras cerrabas de nuevo el corazón y la mente; se me cortó la respiración en cada uno de tus movimientos felinos; palidecí cuando entró de nuevo en la habitación la oscura primavera; me aterroricé al posar mis ojos en los tuyos, sin lograr encontrar la compasión; se me amargó la boca por la forma en que quisiste librarte del amor; me sentí traicionada al despertar la criatura que llevas dentro a la que daba por muerta; se me congelaron las facciones de horror al contemplar que era más poderosa que nunca; sentí impotencia por no poder pintar tu ennegrecido corazón lleno de dolor y rabia; supliqué con la voz en el cuello que por favor, por lo que más quisieras, me salvaras; sentí un golpe en el centro del pecho cuando dijiste que no quedaba esperanza; lloré cuando me condenaste al fondo de un pozo sin vida y me ataste con cadenas; me desvanecí con el último pensamiento de mi mente dirigido hacia mi liberación; quedó mi esencia esperando a ser resucitada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario